21 marzo, 2015

LA VERDAD DE LAS FRONTERAS

¿Alguna vez te has sentido discriminado/a? Poco importa que haya sido en la escuela, en el trabajo, en casa, por la calle o, incluso, en tu centro sanitario debido al color de tu piel, tu condición sexual, tu religión, tu cultura, tu sexo u otras de las múltiples causas por las que diariamente podemos vernos estigmatizados. Todas son igualmente evitables y odiosas; sin embargo, y muy a mi pesar, siguen sucediendo.
Centrándonos en los servicios de salud, la discriminación y el acoso son muy comunes y deben ser erradicados. Las políticas gubernamentales y los/as profesionales sanitarios tienen la responsabilidad de asegurar que el acceso a los recursos no limite la atención básica y preventiva de salud a los miembros de algunos grupos y éstos sean distribuidos de manera justa y equitativa. De igual manera, no deben permitirse que casos como el de Brownie de “racismo institucionalizado”, en el año 2012 en el Sistema Nacional de Salud Inglés (NHS), se repitan.  Los problemas financieros pueden conducir a campañas de intimidación del personal sanitario, donde desafortunadamente, al final, siempre acaban “pagando” los mismos. ¿No es la principal función de las organizaciones sanitarias cuidar a los demás? Quizá deberíamos empezar entonces por los/as trabajadores/as.
Ese mismo año, fue aprobado el Real Decreto Ley 16/2012, en el que se excluye a inmigrantes en situación administrativa irregular. Con estas políticas no es difícil imaginar un futuro en el que los centros sanitarios sean como las entradas y salidas de un aeropuerto, en el que al pasar por un escáner de rayos X de retrodispersión no miren más que el dinero que llevas en los bolsillos. Al fin y al cabo, la mayor causa de desigualdad sigue siendo el nivel socio-económico.
También considero que se deben hacer esfuerzos para abordar las disparidades raciales y étnicas en la salud tanto en la investigación como en el tratamiento y en los programas de educación que afectan a las minorías de manera en mayor medida, puesto que en la mayoría de las encuestas y/o ensayos clínicos realizados no se les incluyen. Para ello, recurriendo a la ética en la profesión, se deben explicar el propósito, riesgos, efectos secundarios y beneficios potenciales de cada estudio antes de que un paciente esté de acuerdo en participar (consentimiento informado). Y si para ello hace falta contratar investigadores/as que tengan un conocimiento o apreciación de la cultura de estas minorías y hablen su idioma, pues se hace. Se está perdiendo mucho conocimiento en el camino y aún queda trabajo por hacer.
Existen ocasiones en las que esta “ayuda” resulte contraproducente, tal y como le ocurrió a Waris Dirie, embajadora de la ONU en la lucha contra la mutilación genital femenina o ablación, en un primera visita a urgencias en Inglaterra. Acudió con un fuerte dolor abdominal y fue examinada por un ginecólogo inglés, el cual decidió llamar a una enfermera/traductora de origen también somalí, Fátima. Como decía, desgraciadamente, ese día no estaba Fátima. En su lugar, un enfermero, Amal, llegó a la sala y en lugar de traducir que Waris debía someterse a una operación urgente, que ellos (los médicos) iban a ayudarla y que había sido increíble el que hubiese aguantado tanto, él le tradujo, en resumidas cuentas, que debería darle vergüenza el haber acudido al hospital.
Fotografía de Edward Fairburn
Debemos olvidar los prejuicios y estereotipos que frecuentemente conducen a la discriminación y dejar, como escribió Manuel Rivas, que esas  líneas imaginarias trazadas un día por un rey chocho o dibujadas en la mesa por los poderosos como quien juega a un póker se vayan difuminando en su propio absurdo porque las fronteras que realmente deben preocuparnos son las fronteras que mantienen a los “pobres” apartados del pastel.  

-P. HERNÁNDEZ

19 marzo, 2015

ADELGAZAR PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD

Hace unos meses, en una guardia que hice de urgencias, una compañera me comentó lo que le había ocurrido esa tarde con un paciente. Entró en la consulta un hombre de mediana edad que venía por mareos y malestar general, comentó que llevaba 5 días a dieta. Mi compañera le atendió y le pidió una analítica. El paciente comenzó a convulsionar allí en la consulta. Una vez estabilizado el paciente, se indagó más en la posible causa e indicó que llevaba 5 días bebiendo grandes cantidades de agua y sólo ingería proteínas. Se había provocado una insuficiencia renal aguda.
Está muy bien adelgazar si uno tiene un problema de obesidad o sobrepeso, pero ¿a qué precio? ¿Por qué nos fiamos de lo que dice cualquier revista, página de internet o cualquier iluminado que sale por la tele? Creo que no somos conscientes de las consecuencias que pueden tener estas “milagrosas” dietas para nuestra salud.
Una de las dietas más famosas ha sido la del Dr. Atkins ¿Cómo  resistirse a una dieta recomendada por un cardiólogo estadounidense en la que puedas comer todas las proteínas y grasas que quieras? Cierto es que se pierde peso al principio, pero se trata de líquido y no de grasa. A largo plazo no ha demostrado una pérdida mayor de peso que una dieta equilibrada, y  tenemos que sumarle  los potenciales perjuicios de una dieta muy rica en grasas saturadas y colesterol, carente de fibra y antioxidantes, con exceso de proteínas que sobrecargan el riñón y un largo etcétera de consecuencias negativas para la salud.
Otra dieta famosa de los últimos años ha sido la del doctor Dukan (recientemente expulsado del colegio de médicos francés). La famosa dieta Dukan ha tenido una impresionante campaña de marketing y aumentó su popularidad debido a que muchos personajes famosos dicen haberla seguido.  Es una dieta muy rica en proteínas, con sus correspondientes consecuencias y sin resultados que demuestren sus beneficios.
Estos son algunos ejemplos de dietas seguidas por millones de personas en el mundo, y tras este breve análisis de pros y contras, ¿de verdad no preferimos fiarnos de nuestro médico? Sé que no prometen resultados milagrosos ni inmediatos y que requiere mucha fuerza de voluntad. Pero a su favor tengo que decir que no conozco las contraindicaciones de una dieta equilibrada y de hacer un poco de ejercicio.  Todo lo que sea acercarnos un poco más a estos hábitos será en pro de nuestra salud.
¿Podremos competir algún día con las enormes campañas de marketing y el bombardeo de los medios de comunicación acerca de estas dietas “milagrosas”? ¿Se podría hacer más por promocionar dietas equilibradas y con resultados probados? ¿Somos realmente conscientes del peligro que se puede correr al realizar estas dietas tan populares?

En el caso del paciente que atendió mi compañera, tras unos días ingresado en nefrología y tras ser sometido a diálisis se recuperó, tuvo bastante suerte. Creo que nunca podría haber imaginado las consecuencias que podría acarrear una simple dieta…
ANA

17 marzo, 2015

EVOLUCIÓN - INVOLUCIÓN


En los inicios de la dictadura franquista hubo una disciplina médica que se posicionó junto al poder,  constituyendo uno de sus más leales apoyos ideológicos y represivos. Me refiero a la Psiquiatría, que de la mano de psiquiatras como Vallejo-Nájera o López Ibor, argumentaba que los “rojos” (entiéndase por rojos a todo el que no comulgaba con las ideas del régimen) eran unos psicópatas antisociales, enfermos mentales y degeneradores de la raza hispánica, y por tanto había que defenderse de ellos, creando un cordón sanitario que salvara a los sanos “españoles de bien”.
En esta situación, aquellos enfermos mentales crearon un totum revolutum, donde  además de los  pacientes reales, tenían cabida  los desafectos al régimen, los homosexuales, las madres solteras, los ateos, los masones, y un largo etcétera.
Para alejarlos de la sociedad y estudiar sus  supuestas patologías se crearon manicomios, que en realidad eran cárceles opresivas en las cuales se les acallaba con contenciones físicas o químicas, donde se les encerraba  durante años, incluso hasta su muerte por mínimas alteraciones de conducta.
Esta situación infernal fue suavizándose lentamente en las siguientes décadas, y ya en los años 70, y de la mano  de las ideas del movimiento de la antipsiquiatría y los nuevos aires de libertad que ya se vislumbraban,  una serie de psiquiatras (Castilla del Pino, González Duro, etc.) comenzaron a repensar el papel de la psiquiatría, a abrir las puertas de los manicomios y a negarse a ser agentes de la represión.
En Andalucía, no fue hasta 1984 cuando su Parlamento  aprobó la pionera ley de reforma de la psiquiatría andaluza, que comenzó con el cierre de los manicomios y con el abordaje de la enfermedad mental desde una perspectiva social que debería reintegrar a la sociedad a los enfermos mentales. Para ello comenzaron a crearse una serie de dispositivos comunitarios que atenderían  la salud de estos pacientes: unidades de agudos en hospitales del SAS, Centros de día, pisos tutelados, comunidades terapéuticas y específicos servicios sociales y planes  para acercar a la sociedad al conocimiento de estas enfermedades, consiguiendo así la desaparición de la estigmatización y marginación, así como  el reconocimiento de los derechos humanos y sociales de los afectados.
Sin embargo, este camino que se empezó a recorrer con gran ilusión por parte de profesionales, pacientes y familiares no ha sido de rosas e incluso hoy día asistimos a un retroceso.
En 2013 el Defensor del Pueblo Andaluz emitió un informe (“La situación de los enfermos mentales en Andalucía”) donde recoge los principales retos y problemas a que se enfrenta el futuro de la reforma como son:
- La insuficiente dotación de dispositivos de media y larga estancia, rehabilitación y atención psicosocial,  agravada por la crisis económica con la consiguiente escasez de recursos para atender a los 75.000 enfermos mentales graves que hay en Andalucía.
- La descoordinación entre los distintos niveles asistenciales (sobre todo con atención primaria)

-  La persistencia del estigma social de la enfermedad mental y el consecuente desamparo de los enfermos y sus familias.
La conjunción de todos estos factores ha provocado que en demasiadas ocasiones el sistema sanitario vaya desplazando cada vez más la responsabilidad de la asistencia a los pacientes hacia los familiares-cuidadores que se ven desbordados por la complejidad y desconocimiento del problema,  lo que supone que el paciente acabe desatendido en la calle o ingresado en una cárcel (actualmente hay encarcelados en Andalucía casi 1.500 enfermos mentales graves, en su mayoría por la inexistencia de recursos comunitarios para su atención).
Esta situación se agravará sin duda si sale adelante la reforma del Código Penal que permitirá que personas con enfermedad mental puedan ir a la cárcel por su condición de “peligrosidad” aunque no hayan cometido ningún delito, donde permanecerán en tanto sigan siendo peligrosos según decida un Juez.
Como dice textualmente el referido informe del Defensor del Pueblo"La reforma psiquiátrica supuso un paso histórico, valiente y teóricamente diseñado… Hubo un antes y un después, que nadie puede negar. Sin embargo, la implantación progresiva se ha demorado y, hoy, se encuentra   casi paralizada por los efectos de la crisis. La pandemia de siglo XXI, como definió la OMS a la enfermedad mental, ya está aquí. Y no nos ha pillado preparados, ni tan siquiera capaces de atender problemas que vienen de antiguo”.
Confío que  la evolución o involución futura del proceso no  resucite a Vallejo-Nájera para volver a poner en vigor la “Ley de Vagos y Maleantes”.
MANUEL GUARDIA

15 marzo, 2015

OBESIDAD SOBRE RUEDAS

La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial: mil millones de adultos tienen sobrepeso y más de 300 millones son obesos. Cada año muere un mínimo de 2,6 millones de personas. La obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Esta condición suele ser el resultado de un desequilibrio entre las calorías ingeridas y las calorías gastadas. El apoyo de la comunidad y del entorno son fundamentales para influir en las elecciones personales y evitar la obesidad. Los gobiernos, los asociados internacionales, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y el sector privado tienen una función crucial en la prevención de la obesidad (OMS y datos y cifras). Y España no escapa a esta realidad (elmundo.es).
En la sección MIBolsillo de 20 minutos del 19 de febrero del año en curso, fueron publicados dos artículos sobre Gimnasios para todos los bolsillos y Al trabajo en bicicleta pública. El primero habla sobre el auge que han tenido los gimnasios “low cost” en el que los usuarios van a ejercitarse a un costo bajo. Rod Hill señala a los gimnasios como un “tipo de medicina para tratar este mal”.
El uso de bicicletas públicas apareció en Amsterdam en 1968, Copenhague 1998, Europa a inicios del S. XXI. Francia y Noruega dan incentivos a los usuarios, especialmente a los empleados). Estos junto a otros países reconocen que  ahorran dinero (reduciendo el tráfico, el gasto sanitario) y preservan el medio ambiente. Además: mejoran la salud personal y comunitaria, cumple una función social que no tiene el coche y genera empleo.
España en el 2011 tenía 132 sistemas de bicicletas públicas y en la actualidad solo hay 91 activo. Esta iniciativa fue impulsada por el Instituto de Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE) entre 2005 y 2008, pero más de dos tercios de los proyectos han desaparecido a causa de fallos en la gestión de la financiación, planificación y evaluación de estos sistemas. A esto se suma la falta de datos. En muchos países los usuarios hacen uso de estas bicicletas para múltiples actividades diarias. En España las ciudades que han implementado estos sistemas son Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza y Sevilla.
El deporte debe entenderse como la salud de las personas. La obesidad supone un 3% del PIB mundial y unos costes de 40% más elevados que en pacientes no obesos. En España supone el 7% del gasto sanitario (más de 2.500 millones).
Ante esta panorámica considero necesario que los gobiernos apliquen las políticas necesarias para fomentar la prevención de este mal, ya que en un futuro inmediato o no, esta enfermedad supondrá una mayor carga para el sistema. Políticas encaminadas a concienciar a la población en el fomento del uso de los gimnasios públicos que instalan los ayuntamientos, uso de los parques y áreas verdes, a sostener los sistemas de bicicletas públicas y si es necesario imitar a otros países que incentivan el uso de las mismas. Todo lo anterior unido a otros programas encaminados a mejorar hábitos nutricionales desde todos los ámbitos poblacionales. Reduciendo esto el gasto que hacen las personas en los gimnasios detrás de objetivos que son fácilmente logrables.
Saludo la iniciativa que ha puesto en marcha el gobierno español: “Proyecto España se mueve” para promover hábitos saludables en la población a través del deporte y la actividad física (algunas de ellas gratuitas).
MANUEL GIL, MD

12 marzo, 2015

# (DES)CONECTADAS

La última semana del mes de febrero, tuvo lugar en París un evento de la UNESCO en materia de uso de las TIC en la enseñanza, cuyo tema central era “La mejora de la tecnología para empoderar a las mujeres y las niñas”, pues todavía existen disparidades en el acceso a Internet.
A raíz de la Primavera Árabe, las Naciones Unidas declararon el acceso a Internet como un derecho humano básico. Sin embargo, de acuerdo a un informe de esta misma organización publicado en 2013, se estima que 200 millones de hombres tienen un mayor acceso a Internet con respecto a las mujeres. Igualmente, citando estadísticas de la base de datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el 41% de los hombres en todo el mundo están conectados a Internet, frente al 37% de las mujeres, aunque la diferencia es más acentuada en los países “en desarrollo”, donde utilizan Internet el 16% menos de mujeres que hombres, comparado con sólo el 2% en el mundo “desarrollado”.
En el informe destaca que la brecha de género en los servicios de Internet se nota especialmente en los principales países árabes (Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Yemen, Líbano, Kuwait, Jordania y Marruecos), así como los factores que contribuyen a la misma,  principalmente el acoso en línea y las amenazas dirigidas frecuentemente a las mujeres. De hecho, en julio, Caroline Criado-Pérez, periodista y activista al frente de la campaña para hacer que la autora británica Jane Austen apareciese en los billetes de 10 £ de Inglaterra, fue bombardeada con comentarios insultantes y amenazas de violación a través de Twitter. En Facebook, el sexismo se ha convertido en un tema tan penetrante que a principios de este año, la compañía anunció nuevos esfuerzos para combatir específicamente las imágenes y el contenido que amenace o incite a la violencia o al odio por motivos de género. Incluso, Wikipedia se ha propuesto rescatar durante este fin de semana a centenares de mujeres para intentar compensar la falta de relevancia que se les ha dado.
Por otra parte, en el año 2009, el Banco Mundial estimó que el aumento del 10% en el acceso a Internet supondría un crecimiento de aproximadamente el 1,4% en el Producto Interno Bruto (PIB) de los países “en desarrollo”. Eso significa que habilitar su uso en otras 600 millones de mujeres y niñas podría aumentar el PIB mundial hasta 18 mil millones de dólares.
Además del impacto económico, las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) son fundamentales para la participación de las mujeres en todos los sectores de la sociedad. Para ello, son necesarias políticas para lograr que el acceso a Internet sea más asequible y más fácil de usar. De ahí que hayan surgido nuevas oportunidades de negocio, principalmente para la industria de telefonía móvil.
África ha experimentado una revolución tecnológica en este sentido, pasando de 17 millones de subscriptores de teléfonos móviles en el año 2000 a 650 millones en el 2011, lo que supone una asombrosa tasa de crecimiento del 30% anual. Por esta razón, muchos gobiernos están priorizando la tecnología como una herramienta para el desarrollo, también en el sector salud.
Por ejemplo, en Zanzíbar, una región semiautónoma de Tanzania, se ha llevado a cabo unaintervención en mujeres embarazadas llamada Wired Mothers, en la que se les asesora a través de mensajes móviles semanales sobre las medidas de prevención, atención y educación en el embarazo, el parto y el post-parto. Además, les permite estar en contacto directo con el personal sanitario, incluido el encargado del transporte en ambulancia, el cual también está equipado con tecnologías móviles, por si surge algún problema durante el proceso. La investigación concluye que estos mecanismos de intervención pueden contribuir a la mejora de la salud materna y neonatal  en entornos con recursos limitados.
Llevamos años, demasiados años, abordando la desigualdad de género en todo el mundo y las mujeres y la sociedad no pueden permitirse otro siglo de discusión. El futuro de los derechos humanos de las mujeres es sombrío, pero debemos poner una fecha de caducidad para terminar con la discriminación contra la mujer y la epidemia de la violencia de género. Para conseguir la rápida igualdad de género en todo el mundo, debemos llevar a cabo intervenciones urgentes e innovadoras en las que las TIC deben jugar un papel fundamental. No tenemos forma de saber qué nuevas ideas, invenciones y soluciones se desatarán en el futuro y qué oportunidades surgirán por parte de los gobiernos o las comunidades para las mujeres.  Pero, ¿te imaginas?
- P. HERNÁNDEZ


"El mundo nunca se dará cuenta del 100 % de su potencial, si el 50% de sus habitantes están inmovilizados"
Ban Ki-moon

PATENTE DE CORSO


En el siglo XVII España y Gran Bretaña se disputaban el control de los mares  y de las nuevas tierras descubiertas. Una de las formas en que se disputó esta contienda consistía en fletar barcos privados que recorrieran el mundo destruyendo los bienes y posesiones del enemigo; eran los llamados corsarios que para llevar a cabo su trabajo, disponían de una autorización firmada por los gobernantes de turno, la llamada patente de corso.

Son cosas de la historia pasada que hoy,  en unas sociedades cultas y desarrolladas serían impensables….¿o no?. Veamos:

En España hoy día el gasto sanitario público asciende al 6,2% del PIB, cifra baja comparada con otros países de nuestro entorno; sin embargo, el gasto farmacéutico (según estudio publicado por el EAE Business School) es alto en comparación con el resto de Europa (1,2% del PIB frente a 0.88 de media europea). En concreto este estudio nos indica que el gasto farmacéutico fue en 2013 de 12.300 millones de euros, y aunque en comparación con el año anterior, el gasto farmacéutico público bajó un 6%, el gasto farmacéutico privado aumentó un 10%, en consonancia con las tendencias privatizadoras del sistema. Y, ¿porqué gastamos tantos en fármacos?, algunos lo explican porque al ser el sistema gratuito los usuarios abusan del mismo. Aunque fuera verdad, ello solo explica una mínima parte del aumento del gasto. Las causas hay que buscarlas en otra parte.

Los beneficios de las grandes multinacionales farmacéuticas ascienden a un 17% anual, cuando en EEUU la media de las 500 mejores empresas obtienen unos beneficios anuales de media del 5%. ¿A qué se debe estas espectaculares cuentas de resultados en un sistema sujeto a las leyes de oferta y demanda?, pues evidentemente, a que son empresas no sujetas a estas leyes de mercado; se comportan como monopolios que venden productos que solo ellos fabrican y que el resto obligatoriamente debemos comprar. Para ellos el mercado no funciona porque tienen un arma poderosísima en sus manos, la dichosa patente de corso, por la que fijan los precios de sus fármacos unilateralmente sin apenas oposición de los obligados compradores. 

Ponen la excusa en los enormes gastos que tienen que sufragar en la investigación de nuevos fármacos, y sin embargo hay Estados que se han atrevido a fabricar sus propios medicamentos y a precios muchísimo más bajos. Además no hablan de los enormes gastos en estrategias muy agresivas de publicidad (según algunos estudios, el presupuesto anual de las grandes compañías se divide en un 13% en investigación y un 30-35% en marketing para promocionar un nuevo fármaco). Y por si fuera poco, la mayoría de esos nuevos y carísimos fármacos no aportan mejoras a la salud, como dice Marcia Angell, profesora de Salud Pública de la Universidad de Harvard: “Por increíble que parezca, sólo unas pocas drogas importantes han aparecido en el mercado en los últimos años, y estas provenían en su mayoría de investigaciones realizadas en instituciones académicas, pequeñas compañías biotecnológicas, o de centros públicos de investigación como el NIH (National Institutes of Health) en Estados Unidos”.

Estas “patentes de corso” están asumidas por la mayoría de los Estados, que en sus leyes protegen a estas compañías otorgándoles permiso para prácticas monopolísticas durante 20 años por cada nuevo medicamento comercializado, debiendo entonces negociar la financiación pública del mismo en condiciones de inferioridad y aceptando precios muchas veces inasumibles por los Sistemas Sanitarios. El ejemplo más reciente es la negociación de los Estados con la compañía fabricante del nuevo medicamento contra la hepatitis C que en España van a costarnos unos 25.000 euros por paciente cuando en Egipto donde se ha desarrollado un fármaco similar genérico  va a costar unos 600 euros.

Hay múltiples fórmulas para abaratar el precio de los fármacos, incluso algunas tan imaginativas como la propuesta por Dean Baker, economista de California, que asegura que si en vez de tratar a los afectados de hepatitis C, se les pagara a ellos y sus familias un viaje a Egipto para comprar el fármaco allí, California se ahorraría 7.000 millones de dólares. Sin llegar a estos extremos, repito, hay otras formas de hacer los fármacos más asequibles, pero todas ellas pasan por la principal, modificar las leyes de patentes.

Este debe de ser el primer paso para que la industria farmacéutica deje de tener “patente de corso”,   y la piratería deje de campar por sus respetos en los mares de la salud de todos.

MANUEL GUARDIA


DULCE VENENO

Hace un par de años apareció un titular en la revista Nature “The toxic truth about sugar” en el que un neuroendocrino de la universidad de California, el Dr. Lustig, y algunos compañeros le atribuían a este dulce manjar una serie de características nocivas para la salud. Entre ellas aumento de la obesidad, hipertensión, aumento del colesterol, resistencia a la insulina, daños hepáticos similares a los que provoca el alcohol, crea adicción… Estos datos fueron desmentidos en su mayoría ya que no había estudios que dieran consistencia a estas afirmaciones.


Dejando a un lado este artículo tan alarmista, sí que es cierto que un consumo excesivo de azúcar no es saludable y la OMS ha recomendado recientemente bajar el límite de consumo diario del 10% de la ingesta al 5%, tanto en población adulta como niños. Para hacernos una idea, con una lata de Coca-Cola un adulto llegaría al límite recomendado de consumo diario de azúcar.

Gran parte del azúcar que consumimos lo hacemos sin saberlo. Nos sorprendería ver la cantidad de productos en los que el azúcar se cuela como uno de sus principales ingredientes: kétchup, alimentos bajos en grasa (que llevan aún más azúcar que los normales), pan de molde, snacks salados…


En cuanto a los niños, la Asociación Española de Pediatría recomienda una ingesta de azúcar inferior al 10% del total de calorías diarias (unas 3 cucharaditas). Dan recomendaciones para una dieta saludable como no tomar bebidas carbonatadas, ni zumos envasados, no abusar de la bollería industrial ni de los dulces…

Paradójicamente, en algunos de los productos de bollería y dulces que encontramos en el mercado, aparece el logo de la Asociación Española de Pediatría. Estas empresas colaboran con ella en proyectos para mejorar la dieta de los niños, desarrollo de su imaginación…a cambio el logo aparece en sus productos. En mi opinión esto puede llevar a confusión, si no prestamos demasiada atención podríamos pensar que la Asociación Española de Pediatría recomienda este tipo de productos. Hablamos entre otros de galletas Dinosaurus, Tostarrica o de cereales de la marca Nestlé, todos ellos muy ricos en azúcares.
La realidad es que, tanto en niños como en adultos, la obesidad y otras enfermedades derivadas de los malos hábitos dietéticos y del sedentarismo se han convertido en un problema de salud pública. La OMS propone como alternativas para reducir el consumo de azúcar el etiquetado de los alimentos, la concienciación de los consumidores, la regulación de la comercialización de los alimentos y las bebidas no alcohólicas con alto contenido en azúcares y la aplicación de políticas fiscales dirigidas a los alimentos con alto contenido en azúcares libres. Por ejemplo, en países como Reino Unido ya se limita la publicidad de estos productos dirigidos a niños.
No sé si algún día se demostrará que es puro veneno como decía el Dr Lustig, tampoco veo muy viable tomar tan poco azúcar como recomienda la OMS. Yo por mi parte, prestaré atención a las listas de ingredientes y las etiquetas nutricionales, aunque desde luego, me permitiré algún que otro capricho, pero siempre con moderación. Los placeres en exceso, se convierten en veneno…
ANA

CUANDO EL PUEBLO TOMA CONCIENCIA


Dice un famoso refrán que “No hay mas ciego que el que no quiere ver”. Una forma de medir la riqueza de un país es por medio de la calidad de vida de sus habitantes, calidad influenciada por determinantes. De acuerdo a lo que plantea la Oficina Panamericana de la Salud, el alcance de estos determinantes sociales de salud se refiere a aquellas condiciones (medio ambiente, economía, seguridad, seguridad alimentaria, servicios de salud, sistemas de soporte y estilos de vida) en que la gente vive y trabaja, que afectan a su salud y pueden ser mejoradas.
De camino a la escuela, encontré un volante titulado “Recortes Cero”, que sirvió de fuente inspiración para elaborar este artículo. Un pueblo que no luche unido por sus actores, difícilmente logrará los objetivos planteados, en especial si son en pro de incidir en la mejoría de los determinantes que influyen en sus estilos de vida, no tanto para mejorar su salud sino también para contribuir al aumento de la riqueza de su país por medio de la productividad laborar. Recortes Cero está compuesto por organizaciones sociales y políticas, movimientos de lucha, intelectuales, profesionales, ciudadanos y otros, que buscan acabar con el saqueo que entienden está produciéndose en toda España, como un primer paso para emprender un camino de progreso. Proponen varios ejes centrales en los que pretenden abordar temas como la redistribución de la riqueza para mejorar la vida de la mayoría de andaluces específicamente; ampliación de la democracia; defensa de la soberanía nacional; un frente amplio de unidad; una reforma agraria contra el paro y el desempleo (ya que un 2% de terratenientes posee casi la mitad de la tierra cultivable) y una política ecológica que impulse el crecimiento (entre ello, aprovechar los recursos eólicos e hidráulicos de la región para producir energía renovable, creación de una Ley General Andaluza del Medio Ambiente y prohibir la privatización de recursos naturales estratégicos como la gestión del agua).
Todo lo anterior me permitió plantear el titulo de este artículo, ya que un pueblo que reacciona ante los atropellos que sufre (cosa que no pudieron hacer los indígenas de América entre 1492 y 1502), siendo capaz de reaccionar buscando soluciones pacíficas y apegadas a las leyes para hacer frente al enorme tifón que le va atacando y destrozando, es un ejemplo que hay que reproducir. Un pueblo unido jamás es vencido, aunque en la historia hayan quedado rastros de que no siempre sea así (pienso en el caso Boliden). Tal como se unió la comunidad internacional mediante la canción We Are The World para recaudar fondos ante el devastador terremoto que asolo a Haití en el 2010, tienen que unirse los ciudadanos de un país para levantar el grito de guerra y defender lo más importante que tienen: su salud y soberanía para poder seguir produciendo en pro de ellos mismos, su país y demás generaciones futuras.

Cuando el pueblo retoma el interés, no hay muro que le impida lograr sus objetivos… eres el mundo, eres un ente que unido a los demás podrán lograr las cosas que parecen imposibles.
MANUEL GIL, MD

ATRACCIÓN FÍSICA, REACCIÓN QUÍMICA

Cuando Doris R. dio a luz aquintillizas: Charlotte, Emily, Julie, Kate y Lucy a las treinta y dos semanas,todas ellas fueron introducidas en incubadoras. Las incubadoras generan un granestrés en el bebe por toda la actividad que hay a su alrededor, pero lo que nonos cuentan es que bajo esa cubierta de plástico transparente de policarbonato se esconden múltiples compuestos orgánicos volátiles (COVs).


Los COVs son compuestos orgánicos constituidos fundamentalmente por carbono. Éstos son liberados por la quema de combustibles, disolventes, pinturas, pegamentos y otros productos empleados y almacenados en los hogares y/o lugares de trabajo, como los productos de limpieza o la espuma de poliuretano de la ropa de cama. La exposición, por tanto, puede realizarse por inhalación, ingestión o contacto con la piel y sus efectos para la salud varían según la naturaleza del compuesto, el grado y el tiempo de exposición. Asimismo, estos compuestos son perjudiciales para el medio ambiente. 
De acuerdo a algunos estudios, tres COVs han sido identificados en el aire de las incubadoras: ciclohexanona2-Heptanona y butil etanoato, que producen, entre otros efectos, irritación ocular y del tracto respiratorio - con riesgo de neumonitis química -, disminución del estado de alerta y de la conciencia, de acuerdo al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) o la Agencia para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (OSHA).  
Los niños son especialmente vulnerables a esos compuestos y aunque no hay datos disponibles para los recién nacidos, incluidos los prematuros, la exposición a estos compuestos podrían producir toxicidad con efectos a largo plazo inciertos, al igual que los causados por los di-2-etilhexil ftalatos (PVS-DEHP), presentes también en el 25% de los productos de uso médico, como bolsas, tubos o sondas. Los estudios en animales sugieren un efecto antiandrógenico, con posibles efectos adversos sobre las gónadas masculinas. 
Afortunadamente, sobre todo para las mujeres, en el año 2011 se publicó en el Boletín Oficial del Estado una Orden (Orden PRE/628/2011) en la que aplicando el principio de precaución o cautela prohibía el uso de bisfenol A en la fabricación de biberones a base de policarbonato para los lactantes de 3 a 6 meses. ¿Cuándo empezaremos a aplicar este principio para otras cuestiones?
Son numerosas las fuentes de toxicidad que encontramos en los hospitales, fundamentalmente en las áreas neonatales y pediátricas, y que todavía desconocemos. Por ello, tendremos que estar alerta y saber actuar en caso de emergencia. Además, de aplicar nuevas tecnologías y dispositivos para reducir al mínimo los niveles de estos compuestos. Sí, hace falta seguir investigando y seguir bien de cerca la evolución del estado de salud de cada una de las quintillizas.
- P. HERNANDEZ

LOS OLVIDADOS




Existe en España una ciudad de 70.000 habitantes (mayor que Zamora, Ávila o Cuenca). Una ciudad donde el 40% de sus vecinos son enfermos mentales, el 22% padece hepatitis C, y el 6% está infectado por el virus del SIDA. Una ciudad donde más del 50% de sus habitantes son drogadictos, el 60% no tienen trabajo, casi la mitad tiene solo estudios primarios incompletos y la inmensa mayoría vive bajo el umbral de la pobreza. Una ciudad desde donde no se puede emigrar. Una ciudad donde no se nace sino que sus habitantes viven ahí por ser pobres, incultos, o enfermos. Ésta es la cercana realidad de las 70 cárceles que existen en España. 
España tiene la tasa de encarcelamiento más alta de Europa occidental (153 reclusos/100.000 habitantes, cuando la media europea es de 70/100.000), y sin embargo tiene una de las tasas de criminalidad más baja (45 delitos por cada 100.000 habitantes cuando la media de la Unión Europea es de 65). ¿Por qué entonces hay tantos reclusos? La conclusión podría ser que la inmensa mayoría no residen en esa ciudad por ser delincuentes antisociales sino por ser  pobres, incultos, enfermos y drogadictos.   
Dejando de lado la discusión sobre las causas de la estancia en prisión de tantas personas, hablemos de sus derechos. Tanto la Constitución Española en su artículo 25.2 como la Ley Orgánica General Penitenciaria en su preámbulo, indican que las personas encarceladas tienen exactamente los mismos derechos que el resto, excepto, claro,  la libertad de movimiento. Sin embargo uno de esos derechos legalmente reconocidos no es ejercido de forma igual que el  resto de la población, me refiero al derecho a la salud. La atención primaria en las prisiones españolas es desempeñada por unos 300 médicos de atención primaria y 450 enfermeros que no dependen de las autoridades sanitarias sino del Ministerio del Interior. Esto da lugar a un sistema sanitario desconectado del SNS y cuyas relaciones con el resto se ejercen a través de diversos Convenios de Colaboración con las CCAA, muchas veces inoperantes. En Andalucía por ejemplo, el 20% de las consultas hospitalarias  de los presos se pierden por falta de fuerza policial encargada del traslado y las pocas consultas de especialistas que se realizan en el mismo centro penitenciario dependen de la voluntariedad no incentivada del profesional. Además no dispone de la historia clínica del sistema sanitario general. Un ejemplo más:  a pesar de que el 40% de la población reclusa tiene problemas mentales, muchos de ellos graves, la asistencia psiquiátrica es ejercida, y no en todos los centros, por un psiquiatra consultor que acude unas horas cada 15 días, y que sólo puede dedicarse a la prescripción farmacológica de los casos agudos, obviando el necesario seguimiento de los pacientes.
La solución a estos problemas no es otro que la inclusión de la Sanidad Penitenciaria dentro del SNS, una solución recogida tanto en la Ley General de Sanidad de 1986, como en la Ley de cohesión y Calidad del SNS de 2003, así como en diversas proposiciones de Ley españolas, e incluso como recomendación del Comité de Ministros del Consejo de Europa en 1998. Sin embargo, y a pesar de todo ello, la integración de la Sanidad Penitenciaria en el SNS aún no se ha producido. Todo depende de quién se queda la patata caliente de la financiación de los costes sanitarios de una población con alta prevalencia de patologías graves, cuyo tratamiento conlleva unos costes muy elevados. Y sobre todo, depende de que los gobernantes atiendan más a las necesidades de la población que al desgaste del rival político, y de que las CCAA asuman como propias la responsabilidad de la atención médica de los presos. Como acertadamente dice uno de los médicos que trabajan en esta ciudad: “Los presos son parte de nuestra sociedad y aunque en un momento dado estas personas se encuentran privadas de libertad, tarde o temprano regresarán a la comunidad, por lo que es interés de todos que salgan de prisión con buenos hábitos y con un buen estado de salud”.
MANUEL GUARDIA